domingo, 6 de febrero de 2011

Black Sabbath - Black Sabbath






Quién se iba a imaginar que el germen del futuro Heavy Metal iba a tener como anécdota una película de Mario Bava titulada Las tres caras del miedo, o su nombre en inglés: Black Sabbath. A Geezer Butler, el bajista, le sorprendió que tanta gente pagara dinero para que le asustaran. La bombilla se encendió al instante. Pero remontémonos al origen de esta banda de Birmingham que suena mejor que todos los grupos heavies actuales juntos. Finales de los años 60, música hippie por doquier alabando el amor libre o privado, la repulsa a la guerra de Vietnam y el anhelo de unos sueños que parecían posibles. Entre ellas, surge un grupo que canta al diablo, eso es lo que se dijo en su momento, y pareció más una campaña de márketing. Porque aunque años después Ozzy hiciera del acto de decapitar gallinas a mordiscos un espectáculo, el grupo siempre renegó de las misas negras y advirtió del peligro que conlleva el ocultismo en la época de las películas de la Hammer.

Resumido el tópico, me gustaría decir que este disco, más que heavy metal, es una variación más del blues-rock (gracias Satanás) que practicaban Cream o The Jimi Hendrix Experience y de los que Black Sabbath eran admiradores, así como de Muddy Waters y Howlin' Wolf. Debido a sus tours por Europa, antes de llamarse Black Sabbath se llamaban Earth hasta que un grupo norteamericano sacó un disco con el mismo nombre y tuvieron que cambiárselo, se obligaban a tocar durante largo tiempo improvisando jam sessions, pues sólo conocían tres o cuatro canciones propias. Esta cantidad enorme de horas de ensayo les sirvió en el futuro, pues para la grabación de este disco Vertigo Records sólo les permitió utilizar el estudio de grabación durante dos días. Y uno era para mezclar. "Sobrados", dijo el guitarrista Tony Iommi.

Sobran las palabras, escuchémoslo.

Black Sabbath




N.I.B


Warning

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