domingo, 25 de noviembre de 2007

Le Chat Noir


Ven, hermoso gato, sobre mi pecho amoroso: retiene
las garras de tus patas y déjame sumergir en tus hermosos
ojos, en los que se mezclan el metal y el ágata.

Cuando mis dedos acarician a su antojo, tu cabeza
y tu lomo elástico, y mi mano se embriaga con el placer
de palpar tu cuerpo eléctrico, veo a mi mujer en espíritu;
su mirada, como la tuya, amable bestia, profunda y
fría, como un dardo hiende y corta, y, de los pies
a la cabeza, un aire sutil, un peligroso perfume,
flota alrededor de su cuerpo moreno.

CHARLES BAUDELAIRE

Las Flores del mal

1 comentario:

Anónimo dijo...

los gatos siempre se van donde se les consiente, esta vez tu lente es el protagonista de sus amañe...
un abrazo raul.

Plenilunio

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