Bobby Darin nació en el Bronx, en el seno de una familia italo-americana. Fue un niño extremadamente talentoso para tocar diversos instrumentos; como el piano, la batería o la armónica, además de la guitarra. Se graduó con honores y obtuvo una beca para estudiar en la prestigiosa Hunter College, pero prefirió dedicarse al mundo de la música y de las actuaciones en clubs nocturnos y de vaudeville. De hecho, su propia abuela era cantante de vaudeville, quien crió a Bobby haciéndole creer que era su madre. Su madre, en este caso, se hacía pasar por su hermana mayor.
La vida de Bobby Darin es un continuo acontecer de engaños, equívocos y trenes que jamás vuelven a pasar. Su primer contrato fue con Decca Records en su sede norteamericana. Allí cantó canciones de otros artistas, como era normal. Y como era normal, las ventas fueron escasas. No obstante, su paso por el famoso Brill Building le permitió conocer a multitud de cantantes y compositores, que fueron muy importantes para Darin. Una de esas personas, Connie Francis, fue uno de esos trenes que jamás pasarían de nuevo. Pudo casarse con ella, pero el padre de la cantante se opuso firmemente. No podía casarse con un pequeño muerto de hambre como él. Connie, según confesó, cometió el error más grande de su vida.
Un par de años después Bobby Darin ficha por Atlantic Records (ATCO), dedicándose a componer canciones para otros cantantes. Y aquí llegamos a uno de sus primeros singles, el que presento bajo estas líneas. "Don't Call My Name", y su cara B "Pretty Betty" te recordarán pálidamente a las grabaciones de Elvis Presley. Un estilo rockero que no encajaba con Darin, más acostumbrado al fraseo de un crooner de nightclub y a ser, perdónenme, un alumno aventajado de Charles Trenet.
Don't Call My Name
Pretty Betty
Por: Raúl Lorite
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