La Sombra del Viento la encontrarán en cualquier librería, preferiblemente en la sección de Márketing y Economía, justo al lado de A la caza del tesoro. En el interior de la mente del nuevo consumidor. No tiene pérdida.
El primer capítulo ya deja entrever qué es lo que va a encontrar el lector poco exigente: una historia intrincada de amores cruzados, venganza, traiciones, asesinatos, Barcelona modernista, la Guerra Civil Española, París, putas y literatura. También deja entrever todo su potencial a los lectores más exigentes: escritura que quiere aparentar profundidad sin saber cómo, historia imposible y estirada al máximo, héroes muy buenos y villanos muy malos, una Barcelona de cartón piedra, un París estereotipado, tragedia griega, final acomodado, putas y títulos de libros clásicos.
Daniel Sempere descubre a los diez años, por mediación de su padre, el Cementerio de los Libros Olvidados. No, no estaba Harry Potter, pero sí un libro maldito, "La Sombra del Viento" de un escritor todavía más maldito (ésta es la trama principal), Julián Carax. ¿Antepasado del cineasta Leos Carax? No lo creo. Resulta que el citado libro es uno de los pocos que quedan del autor, escritor de escaso éxito y vida muy turbulenta (el pobre no conoció a la editorial Planeta, otro gallo le hubiera cantado). Y para más inri, alguien se ha dedicado a buscar todos los libros de Carax para quemarlos. "¡Asesino!" dirán muchos, "¡Bendito!" asegurarán unos pocos, pero el caso es que, para ser un escritor nada conocido, media Barcelona de la época ha tenido relación con él. Todos le conocen y todos tienen algo que contar. Si no fuera por un policia con mucha mala idea, se podría decir que Daniel lo tiene chupado para desentrañar el enigma.
Hojeé un libro de Quevedo y quise ser como él
Así se encuentran expresiones aparentemente cultas utilizadas hasta la saciedad, como el verbo "aducir" (adujo, adujo, adujo, adujo) o "por ensalmo", que viene a significar algo hecho con rapidez y de modo desconocido, (adujo por ensalmo). Pero lo peor viene cuando intenta describir la ciudad o el ambiente con palabras, digamos, algo ambiguas:
"Las farolas de las Ramblas dibujaban una avenida de vapor (?), parpadeando al tiempo que la ciudad se desperezaba y se desprendía de su disfraz de acuarela(¿?)"
"Frente a nosotros se alzaba lo que me pareció el cadáver abandonado de un palacio, o un museo de ecos y sombras(¡¿?!)".
La Sombra del Viento ha vendido millones de ejemplares, todo lo contrario que los ficticios libros de Julián Carax. El libro ideal de la gente a la que no le gusta leer.
Raoul Lorite
3 comentarios:
Curiosa "rajada" de uno de los libros más vendidos en la actualidad. Es gracioso que "rajes" sobre la forma de escribir del autor, porque veo algunos de tus renglones, muy similares a los fragmentos del libro que has copiado para usarlos de ejemplo de la ambigüedad de sus descripciones. Y como siempre usando tu generalidad tan característica. Cualquiera que lea esto diría que te odio jajaja pero bueno, bien sabes que solo me crispas en ocasiones. Muchos besos, y sigue asi de crítico.
PD: Idiota... ahí tienes tu insulto.muak!
jejeje...con esas palabras dan ganas de leerlo, por lo menos para pensar en la dura crítica que avéis publicado y decir..."joder me lo advirtieron"...
Besos!!!
Si alguna vez escribo algo similar a "la ciudad se desperezaba y se desprendía de su disfraz de acuarela" ruego me metan en la cárcel por abuso de metáforas, aunque sea por ensalmo.
Publicar un comentario