A mitad del siglo XVIII, el relojero suizo Jaquet-Droz creaba una serie de ingenios mecánicos, "autómatas", capaces de moverse por sí mismos e imitar una serie de acciones humanas. "La pianista" fue uno de ellos. Debo confesar que me fascinan. Toca el piano con sus propias manos, sus ojos siguen el movimiento de sus dedos sobre las teclas, respira y, al acabar, saluda con una reverencia al público.
1 comentario:
Anónimo
dijo...
si, es muy buena... ejem, creo que aveces los humanos nos parecemos tanto a esos ingenios mecánicos...
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si, es muy buena... ejem, creo que aveces los humanos nos parecemos tanto a esos ingenios mecánicos...
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